Sólo Contigo (Capítulo 25)

YEEEEEEEEEEY!! NO MAAA!!!
BUEN INICIO DE CLASES A TODOS!!! hahahahaha
con todo inicio de clases se debe comenzar nuevamente la rutina de escribir durante clases no creen?!??!
por lo quee aquí les dejo el capítulo 25 de mi fanfic hahaha
aunque... creo que ya no mucha gente lo sigue xD LOL
perdón pero... sin clases no salía la inspiración de la escritura D:!
me distraía con muchas cosas...

pero bueno... hay algo muy curioso que quiero contarles!! XD
hahahaha, como saben lm.c tiene twitter y todo eso y shalala~
el punto es que.... no sé si recuerdan en gran parte
de mi fanfic... siempre narro un maldito sofá en el estudio de lm.c
que es donde Maya siempre hace sus berrinches y se pone a dormir
HAHAHAHAHAHA y resulta ser que lm.c subió esta foto:



HAHAHAA como morí de risa con esooo!!! XD ese sofá SI EXISTE! y parece ser
que Maya sí lo usa para todo lo que yo creooo (** mente preversa **)
Así que... si quieren tener una mayor idea de exactamente
cómo es el estudio donde se desarrolla la historia AQUI ESTA LA FOTO!!
HAHAHA xD bien!! continuemos con la historia!!!!!!!!!!!!!!!!!!

BUEN REGRESO A CLASES!!!!!!!!!!!!!!!!

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25.- Mi confidente.

–Maya… despierta… – Dijo Miyavi con un tono muy suave y delicado cerca del oído de Maya.
–¿Ah? – Exclamó Maya aún adormilado. –Agh, mi cabeza… me duele mucho– Dijo llevando su mano derecha hacia su frente mientras apretaba un poco sus ojos.
–Tranquilo, quédate recostado un poco más, voy por un vaso de agua para que no tengas sed–
–Hum… gracias– Respondió Maya desconcertado mientras veía como Miyavi salía de la habitación.

Miyavi regresó con un vaso de agua y se lo entregó a Maya, éste se sentó y tomó el vaso con ambas manos para después beberlo rápidamente pues su garganta estaba totalmente seca.

–Yo… em… perdón por lo de ayer, no sé porqué hice eso… perdón– Dijo Maya bajando su rostro mientras sostenía el vaso vacío entre sus manos.
–No tienes porqué disculparte, estuvo bien… me sentí muy feliz de que hayas hecho algo así – Respondió Miyavi esbozando una sonrisa en su rostro.
–¡¿Eh?! ¡¿Enserio?! – Exclamó Maya totalmente avergonzado y con el rostro ruborizado.
–Hahaha, sí pero… por ahora descansa –Dijo Miyavi mientras ponía su mano suavemente sobre la cabellera de Maya para acariciarla con suma delicadeza.
–No puedo descansar… debo ir al estudio porque hoy tenemos que hacer la remasterización de las canciones y… ¡WOAH! – Exclamó Maya totalmente sorprendido. –¡Ya no hicimos la grabación de la narración de nuestra canción! ¡Waah! –
–Tranquilo, no te exaltes, si quieres yo te puedo llevar al trabajo, así llegarás a tiempo –
–¡¿Eh?!, no, no… no te preocupes, yo puedo irme sólo – Respondió Maya pues éste no quería dar aún más molestias pues, el haber pasado la noche en casa de Miyavi sin avisarle ya se le había hecho demasiado abuso de su confianza.
–Dudo mucho que puedas ir tú sólo, hahaha – Dijo Miyavi burlonamente.
–Humm… ¡sí puedo! – Respondió Maya en un tono berrinchudo.
–Bueno, no me importa lo que digas, te voy a llevar y punto – El tono de Miyavi cambió tan bruscamente que Maya no se veía en posición para volver a negarse.
–Hum… –
–Puedes usar la ducha si quieres, ahí hay una toalla– Dijo Miyavi mientras señalaba un cajón que se encontraba debajo del lava manos – Y por si quieres cambiarte, puedo prestarte ropa limpia –
–Sí, gracias… –

Miyavi sacó un conjunto de ropa de su ropero y se lo entregó a Maya.

–Entonces te espero abajo para que nos vayamos y pase a dejarte a tu trabajo –

Miyavi se dirigió a su cocina a preparar algo rápido para desayunar mientras esperaba a que Maya terminara de ducharse.

–Me pregunto si estará bien lo que hice… yo… aún no puedo sacarme de la cabeza a Aiji y no me gusta estar pensando en él mientras estoy con Miyavi, aunque… de seguro Aiji ya no quiere ni verme, hum… – Pensaba Maya mientras sentía las gotas de agua caliente recorriendo su cuerpo –Es verdad que soy feliz con Miyavi pero, aún no puedo dejar de pensar en que el sentimiento que tengo por Aiji es muy distinto al que tengo por Miyavi… lo extraño… – Maya bajó su mirada junto con su cabeza permitiendo que el agua callera sobre ésta y recorriera su cabello para después caer en pequeños chorros.

Maya continuaba pensando en el tema mientras se duchaba y así éste termino de bañarse y prosiguió a tomar la toalla y secarse. Una vez seco se dirigió hacia el lavamanos, pues ahí la había colocado antes de ducharse, tomó la ropa limpia y se vistió. Maya no podía dejar de dar vueltas al asunto.

–Ya terminé Miyavi – Gritó Maya tiernamente mientras bajaba las escaleras para dirigirse hacia la sala.

Miyavi se levantó del sillón pues éste se encontraba viendo la televisión, se acercó a Maya y tomó un mechón de su cabello que aún se encontraba un poco húmedo y lo olió.

–Hahaha, ahora tu cabello huele igual al mío – Dijo Miyavi con ese tono seductor peculiar en Miyavi.
–¡¿Eh?! – Exclamó Maya totalmente sorprendido. –Yo… ah… ¿gracias? –
–Haha, me encanta cuando te avergüenzas… te vez muy lindo–

El rostro de Maya se sonrojó inmediatamente después de escuchar las atrevidas palabras de Miyavi.

–Vamos… tenemos que irnos o llegarás tarde al trabajo –
–¡Sí!, ¡está bien! – Respondió Maya animado pero al mismo tiempo con la voz un poco temblorosa por la vergüenza de hace unos segundos.

Ambos salieron y se subieron al auto, Miyavi hizo una parada en un autoservicio para comprarle a Maya una hamburguesa.

–Tienes que desayunar Maya… toma – Dijo Miyavi mientras le pasaba la bolsa de la hamburguesa que recién había ordenado.
–¡Ah!, ¡muchas gracias! –

Maya sacó la hamburguesa de la bolsa y comenzó a desenvolverla; una vez que terminó le dio una gran mordida y masticó vigorosamente pues desde la noche pasada no había consumido ningún alimento.

–Ya casi llegamos a tu trabajo Maya, antes de dejarte quiero decirte algo importante… –

Miyavi se estacionó una calle antes de Pony Canyon y apagó su auto para después voltear a ver fijamente el rostro de Maya.

–Si ese idiota vuelve a ofenderte, gritarte o tratarte mal… ¡dímelo!, yo le haré pagar por sus palabras y acciones, ¡nadie puede meterse con la persona que más quiero!, si es necesario defenderte a golpes, lo haré – Dijo Miyavi con cierta rabia y al mismo tiempo con mucha firmeza.

Maya se quedó totalmente sorprendido y sin palabras, no sabía que responder a aquello que Miyavi le había dicho.

–Yo… sí, lo haré… – Respondió Maya asintiendo con la cabeza y con una sonrisa en el rostro.

Miyavi no pudo evitar el sonreír a ver el tierno rostro que Maya había puesto y así éste puso su mano sobre la pierna de Maya.

–Gracias… cuídate mucho ¿sí? –Dijo Miyavi un poco preocupado.
–¡Sí!, ¡lo haré! –

Maya abrió la puerta del auto para poder bajar y, una vez que bajó del auto se despidió de Miyavi con una tierna sonrisa y se dirigió hacia Pony Canyon.

–¿Debería saludar a Aiji como si nada hubiera pasado? –Comenzó a cuestionarse Maya en su mente mientras caminaba. –Aún así, espero que esa tal Waka no haya hecho la grabación para nuestra canción, esa canción es sólo mía y de Aiji, hum… –

Finalmente Maya llegó al edificio y tomó el rutinario camino hacia el estudio de grabación. Una vez que llegó a éste, se paró frente a la puerta y dio un pequeño suspiro para después abrir la puerta y entrar.

–¡Hola Maya! –Saludó con gran energía Jaykay.
–Hola… ¿y los demás? – Preguntó Maya al darse cuenta que el único en el estudio era Jaykay.
–¡Ah!, es que ayer te fuiste a quién sabe dónde y nunca regresaste. Ayer acordamos que hoy entraríamos más tarde de lo normal; se supone que Aiji te avisaría, todos estuvimos de acuerdo en que debía ser él quien te avisara–
–Oh, ya veo… pues no me avisó nada… – Dijo Maya un poco decepcionado mientras se dirigía hacia el sofá que estaba al fondo de estudio para recostarse a lo largo de éste. –Ash, en ese caso me hubiera quedado dormido un poco más y no hubiera molestado a Miyavi para que me trajera – Pensó Maya berrinchudamente. –Entonces, ¿qué haces en el estudio a ésta hora JayKay? ¿No se supone que tú sí sabías que entraríamos tarde? –
–Ah, es que debo preparar el equipo para hacer la remasterización–
–Hum… ya veo, por cierto… ¿ayer hicieron la grabación de la narración para “Oh my Juliet”? – Preguntó Maya esperando una respuesta negativa por parte de JayKay
–Sí, al final Waka nos ayudó… ¡quedó muy bien! –
–¡¿Qué?! – Exclamó Maya mientras se incorporaba del sillón para sentarse. –¡¿Cómo es que lo permitieron?! –
–Ya te dije que quedó bien, no hay porqué preocuparse por eso. Después de todo, no había otra manera de resolver el problema, lo único que nos quedaba era pedirle el favor a Waka –
–Ash… bueno, ya no podemos hacer nada – Exclamó Maya de muy mal modo.

JayKay continuó acomodando el equipo ignorando completamente la pesada actitud de Maya. Maya por su lado continuaba berreando y murmurando lo que parecían ser continuas maldiciones hacia Waka.

–¿Por qué demonios tenía que ser esa tonta la que hiciera la grabación? – Repelaba Maya en un volumen de voz muy bajo.

Así Maya se acostó en el sofá para continuar con sus maldiciones mientras JayKay continuaba acomodando el equipo. Poco a poco el tiempo pasó y los demás miembros de la banda comenzaron a llegar.

–¡Oh!, ¡Milagro de los dioses!, ¡Maya llegó temprano! –Dijo Hiko con asombro unos segundos después de que entró al estudio.
–Ha… ha… que gracioso, esto fue su culpa porque nadie me avisó del cambio de horario –
–¿Culpa? Lo dices como si llegar temprano fuera malo… bueno… no importa, igual los demás ya no han de tardar –
–Mm… pues no queda de otra más que esperar –
–Maya… ¿Puedo hablar contigo? – Preguntó Hiko con un tono un poco dudoso.
–¿Eh?, ¿Sobre qué? –
–Sobre algo… – Respondió Hiko entre dientes mientras desviaba un poco su mirada hacia dónde estaba JayKay esperando que éste no sospechara.

Hiko abrió la puerta indicando a Maya que saliera con él pues quería hablar con Maya a solas. Maya se levantó un tanto desconcertado mientras se preguntaba en su mente sobre qué quería hablar Hiko, Maya se dirigió a la puerta y salió. Una vez que ambos estuvieron en el pasillo Hiko comenzó a caminar y Maya lo siguió hasta que Hiko lo llevó fuera del edificio de Pony Canyon.

–Hiko, ¿a dónde vamos? – Preguntó Maya con gran curiosidad pues a su punto de vista no veía la necesidad de haber salido del edificio.
–Mm… si no mal recuerdo cerca de esta calle hay unas bancas, ahí podremos sentarnos a platicar a gusto –
–Ok… – Exclamó Maya aún no muy convencido de la idea.

Así llegaron a unas bancas que estaban en la banqueta justo a un costado de la calle, esta calle estaba rodeada por edificios muy altos y mucha gente caminaba con gran prisa. Ambo se sentaron y Maya se quedó observando aquella vista donde la vida parecía correr frente a él a toda velocidad. Maya no era de las personas que se detenían en medio de las grandes ciudades para observar lo que le rodeaba por lo que ese momento fue de gran impacto para él.

–Maya… – Finalmente habló Hiko –… sobre lo que quiero platicar contigo… –

El tono que Hiko usó para aquellas palabras preocupó un poco a Maya pues era la primera vez que escuchaba a Hiko hablar con un tono tan serio y al mismo tiempo preocupado.

–¿Qué es?, ¿sobre qué quieres hablar? – Preguntó Maya pues estaba impaciente por saber.
–Bueno… primero que nada, está bien si no quieres contestarme, entiendo perfectamente el que no quieras responder pero… ¿Qué es Aiji para ti?
–¡¿Eh?! – Exclamó Maya totalmente sorprendido ante aquella pregunta. –¿A qué te refieres?, ¡es obvio que somos amigos” –
–¿Nada más? – Preguntó Hiko para reafirmar su respuesta.
–Tal vez… –
–¿Tal vez? –
–Es que… tal vez somos algo así como hermanos o amigos muy cercanos – Respondió Maya con un tono muy suave y la expresión del rostro de Maya era ahora una muy tranquila y agradable.
–Pues digamos que tus actitudes y acciones no demuestran eso – Dijo Hiko refiriéndose a la expresión que había puesto Maya en ese momento y a lo sucedido el día pasado.
–¿En?, ¿enserio? – preguntó Maya un poco nervioso pues no quería revelar la verdad de sus sentimientos.
–Es que… actúas como si hubieses tenido algún tipo de relación amorosa con él o algo así… –

Terminando aquellas palabras Hiko volteó inmediatamente para poder ver fijamente el rostro de Maya y observar más detenidamente su reacción ante la suposición que Hiko había hecho. Maya esbozó una sonrisa en su rostro al mismo tiempo en que éste se sonrojaba un poco.

–¡Hahaha!, ¡Cómo crees! Eso no sería posible, después de todo los dos somos hombres ¿no? Eso… no es posible… – Al pronunciar éstas últimas palabras la sonrisa del rostro de Maya se borró totalmente para después bajar su mirada hasta el punto en que su cabello no permitía ver su rostro.

Hiko se quedó totalmente en silencio esperando a que Maya pudiera decir algo más o que se tranquilizara un poco, sin embargo Hiko observó como las lágrimas de Maya comenzaron a caer sobre su pantalón haciendo que éste se desconcertara un poco.

–Tener una relación amorosa de ese tipo no es posible… – Dijo Maya con la voz un poco temblorosa y triste pues, aquellas palabras que él mismo había dicho llegaron a hacerle entender que tal vez su relación con Aiji era más imposible de lo que él pensaba, así como no podía tener una relación como la que tenía actualmente con Miyavi.
–Maya… tranquilo, quiero que sepas que yo no juzgo a la gente por ese tipo de cosas y, si te pregunto esto es porque me preocupa cómo están llevando las cosas ustedes dos, así que puedes contarme cuanto quieras y, tal vez pueda ayudarte.

Maya apretó un poco sus puños mientras trataba de controlar sus lágrimas y detenerlas pues la verdad es que no había razón para que estuviera llorando. Por otro lado, aquellas palabras que Hiko le había dicho era lo que Maya estaba esperando escuchar los últimos meses, Maya necesitaba de alguien que escuchara sus problemas y lo aconsejara pues él sabía perfectamente que todas las cosas que estaba haciendo emporaban su situación con Aiji, sabía que toda su relación con Aiji la había arruinado por sus tontas acciones.

Finalmente, después de pensarlo unos minutos, Maya comenzó a contarle a Hiko toda su historia con Aiji, el cómo lo había cambiado por Miyavi sin razón alguna, todo por culpa de sus impulsos y aquel extraño sentimiento que Miyavi causaba dentro de Maya. Mientras Maya contaba toda aquella historia las lágrimas comenzaron a escaparse de sus ojos pues el recordar todo era muy doloroso para él. Hiko por su lado, escuchaba a Maya con total atención para tratar de comprender su situación y buscar una solución para los problemas de Maya.

Así Maya llegó al final de su historia y Hiko decidió dar un pequeño espacio para que Maya pudiera desahogar todas sus lágrimas y pudiera tranquilizarse.

–Wow, no me imaginaba que algo como eso estuviera sucediendo entre ustedes dos… –Dijo Hiko totalmente sorprendido.
–Lo sé, y es porque no quise involucrar a nadie más en esto, sobre todo porque no me gustaría que los demás comiencen a tratarnos diferente por culpa de nuestros sentimientos –
–Pues sólo puedo decir que en verdad arruinaste todo Maya – Dijo Hiko para dejar salir un suspiro – Creo que el mejor consejo que te puedo dar por ahora es que dejes esa actitud infantil que siempre tomas al momento de tomar decisiones, debes pensar un poco más las cosas. Ahora bien, creo que lo más importante de todo es que le des a Aiji un tiempo de tranquilizarse y luego veremos qué hacer pero… mm… ¿puedo hacerte otra pregunta? –
–Sí… está bien –
–Si sólo pudieras elegir entre uno de los dos, o sea, entre Miyavi o Aiji, ¿con quién te quedarías?... ten en cuenta que la persona que rechaces nunca volverá a hablarte –

Maya quedó atónito ante aquella pregunta, nunca se había planteado una pregunta tan extrema por lo que al momento de concentrarse en pensar una respuesta sincera y fundamentada, sus lágrimas se detuvieron.

–No lo sé… es muy difícil elegir entre ambos–
–Piénsalo un poco – Dijo Hiko seriamente esperando que Maya pudiera poner orden a sus ideas.
–Hum… –

Maya colocó su mano derecha en su barbilla mientras recargaba su codo en la pierna para así poder sostener su cabeza suavemente.

–Es verdad que siento algo por ambos y, el sentimiento que tengo por Aiji es totalmente distinto al de Miyavi, sin embargo ambos sentimientos son muy fuertes y me impiden elegir sólo a uno de ellos – Pensaba Maya con gran seriedad. –Sería difícil elegir sólo a uno –Dijo Maya en voz alta y con un tono confuso –
–Tienes que hacerlo… ¿a quién eliges? –

Maya se sumergió una vez más en sus pensamientos para poder clasificar y valorar los sentimientos que tenía hacia Miyavi y Aiji y así saber cuál era más importante para él, sin embargo era algo muy difícil para Maya pues cada sentimiento tenía lados buenos y malos.

–Aiji me gusta mucho, pero hay algo que no me deja alejarme de Miyavi, algo que me obliga a estar junto a él pero, en el fondo… extraño mucho más estar con Aiji, siempre me trató bien y me divertía mucho haciéndole bromas y pasando ratos inolvidables con él, además de que siempre me cuida mucho y me ayuda… – Pensaba Maya mientras su mirada se perdía entre la gente que pasaba con gran prisa frente a ellos.
–Tal vez es una pregunta un tanto compleja… ¿te parece sí regresamos al estudio y terminando de trabajar me dices tú respuesta? –
–¿Eh?... ¡Ah!... ok – Exclamó Maya saliendo de sus pensamientos.

Así ambos se levantaron y se dirigieron al estudio mientras Maya se tallaba un poco los ojos pues, por haber llorado en esa plática, sentía un ardor incómodo en ellos.
Al entrar al estudio Maya y Hiko se dieron cuenta de que Aiji y Death-O ya habían llegado; Aiji volteó a ver el rostro de Maya y pudo darse cuenta de que éste había llorado, sin embargo su orgullo y enojo le impedían dirigirle la palabra.

–Maya… ¿estás bien? – Preguntó Death-O intrigado al ver los ojos enrojecidos de Maya. –Parece que estuviste llorando –
–No, no… no es nada –

Aiji le dio un suave codazo a Death-O en señal de que dejara de hacer preguntas sobre el asunto, Death-O comprendió el mensaje y detuvo sus cuestionamientos.

–¡Bien, les diré qué haremos el día de hoy… – Interrumpió JayKay.
–Yey,! es momento de trabajar! – Exclamó con un tono emocionado Death-O.
–Lo que haremos será hacer la remasterización y, después pensaremos en dónde hacer las fotos para el single y qué creen que deberían de llevar las fotos, ¿ok? –

Así se pusieron a trabajar, dedicando todo el tiempo a mejorar la calidad del sonido de las canciones; Maya de vez en cuando se perdía en sus pensamientos pues la pregunta que Hiko le había hecho no permitía que se concentrara, Aiji se pudo dar cuenta de la falta de concentración de Maya pero no dijo ni una sola palabra. Una vez que terminaron, todos comenzaron a dar sus puntos de vista sobre cómo deberían ser las fotos y qué clase de sentimientos debían transmitir. Una vez que determinaron el tipo de fotos JayKay hizo unas cuantas llamadas para buscar el lugar correcto dónde tomar las fotos y hacer el diseño.

–Entonces, ya podemos irnos, mañana Maya y Aiji deben venir a esta dirección, lo demás tendrán el día libre – Dijo JayKay entregando a Maya y a Aiji dos papeles con la dirección del estudio escrita en ellos.
–Bueno, si eso es todo yo ya me retiro – Dijo Aiji con un tono muy cortante.
–Ok, suerte mañana en el estudio de fotos – Respondió Jaykay para despedirse.
–Adiós – Se despidió Death-O.

Maya quería detener a Aiji para poder pedir disculpas por todo su comportamiento infantil y todo lo que había dicho el día anterior pero las palabras de Hiko regresaron a su cabeza y decidió no hacer nada y dejar que Aiji saliera tranquilamente. El siguiente en salir del estudio fue Death-O y, Maya y Hiko decidieron salir juntos para dirigirse al metro y así poder continuar con la conversación que habían dejado pendiente.
Ambos salieron del estudio y, a un paso lento, se dirigieron a la estación del metro que estaba a unas cuantas calles del edificio de Pony Canyon.

–¿Ya pensaste en tu respuesta? – Preguntó Hiko insistentemente.
–Creo que sí… –
–¿Creo?... ¿o sea que no estás seguro? –
–¡No es eso!, es que… en verdad fue muy difícil elegir – Respondió Maya un poco avergonzado.
–¿Y bien? –
–Pues… a quien yo elegiría sería a… – Maya metió sus manos en los bolsillo de su chamarra y bajó su mirada para después detener totalmente sus pasos.

Hiko, al darse cuenta de que Maya se había detenido, decidió hacer lo mismo y volteó a ver a Maya esperando que decidiera caminar o terminara su frase.

–Yo… elegiría a… sería a Aiji… – Afirmó Maya para después tratar de controlar sus lágrimas las cuales nuevamente querían escapar de sus ojos.

Hiko continuaba en silencio observando a Maya sin embargo, en el rostro de éste había algo distinto, a pesar de que estaba llorando una hermosa sonrisa se había dibujado.

–Qué bueno que hayas elegido, ahora que las cosas ya te son más claras podrás conseguir tu objetivo pues dicen que las personas que triunfan en sus sueños es porque tienen objetivos e ideas claras. – Dijo Hiko mientras sonreía al igual que Maya lo hacía.

Maya se quedó atónito ante aquellas palabras pues eran las más reconfortantes que le habían dicho en los últimos días.

–¡Muchas gracias! – Exclamó Maya entre sollozos pero al mismo tiempo con mucha energía.
–No tienes porqué agradecerme, la verdad es que eres muy tonto como para hacer las cosas bien por ti mismo – Dijo Hiko con un tono sarcástico pero al mismo tiempo con un toque de ternura.
–¡Hey!, no soy tonto… sólo soy distraído… – Reprochó Maya en su defensa.
–Hahaha, bien… cómo digas… –
–Pero… ¿qué debería hacer ahora?... me refiero, ya no quiero arruinar más las cosas… supongo que debo dejar a Miyavi – Dijo Maya un poco confundido e indeciso.
–Así es… – Afirmó Hiko.
–¡El problema es que no sé cómo! – Exclamó Maya desesperadamente mientras se llevaba ambas manos a la cabeza y comenzaba a frotarse el cabello despeinándolo un poco.
–Tranquilo, tienes tiempo… después de todo… ya no puedes hacer nada con Aiji hasta que las cosas se calmen… se nota que la relación entre ustedes dos aún sigue muy tensa. Hoy en el trabajo Aiji casi no te dirigió la palabra o la mirada y, peor aún… tú no ponías atención a lo que hacíamos –
–Sí, lo sé… es que estaba pensando en la pregunta que me hiciste… pero bueno, ya sé que arruiné todo y por eso ahora debo arreglarlo, ¡podré hacerlo! – Dijo Maya firmemente y convencido totalmente del objetivo que se había planteado.
–Bien pues… yo debo irme por esta línea –Interrumpió Hiko mientras señalaba el letrero que estaba a su izquierda. –¿Tú por dónde te vas? –
–Yo me voy por aquella – Respondió Maya señalando un letrero que estaba al lado derecho.
–Hahahaha, vivimos a ambos extremos pero bueno… ya viene el metro, suerte mañana en la sesión de fotos ¿ok? – Así Hiko se despidió de Maya y se acercó a la vía del metro mientras éste se detenía lentamente para abrir sus puertas y permitir el paso a las personas que esperaban.

Maya se quedó observando como el metro que Hiko había abordado se alejaba; una vez que el metro se alejó lo suficiente Maya volvió a sumergirse dentro de sus pensamientos y éste se quedó parado en el mismo lugar sin decir o hacer nada.

–¡KYAAA! ¡No puede ser!, ¡¿Ya vieron quién es?! –
–¡AAHH! ¡No es posible! … ¡Es Maya! – Gritaron con gran emoción varias chicas que se encontraban en la misma estación del metro.

Todos estos fuertes gritos sacaron a Maya de sus pensamientos y éste volteó rápidamente a ver a aquél grupo de chicas que comenzaban a acercarse rápidamente hacia él. Para su gran sorpresa eran aproximadamente diez o quince chicas, todas con playeras de LM.C, abanicos con el logotipo impreso y toda clase de objetos que se habían vendido en sus pasados conciertos.

El grupo de chicas rodeó en cuestión de segundos a Maya impidiéndole dar algún paso para poder salir o escapar de ahí.

–¡Por favor, autografía mi abanico!, ¿Alguien trae un plumón o algo para escribir? – Preguntaba una de las fans desesperadamente.
–¡Aquí hay uno! –
–¡A mí también fírmame algo Maya, por favor! –

Maya accedió amablemente a firmar todo lo que le daban, sin embargo los gritos de las chicas llamaban mucho la atención de las personas haciendo que algunas personas curiosas se unieran a aquel grupo. Por otra parte, las mismas fans que se encontraban ahí llamaban a sus amigas para comentarles sobre su encuentro con Maya y, de ese modo el grupo comenzó a crecer poco a poco.
Obviamente Maya se percataba del crecimiento del grupo por lo que éste buscaba el momento más oportuno para poder salir del lugar pero, por más que intentaba escapar no podía y, peor aún, tantos gritos y movimiento habían comenzado a aturdirlo.

–¿Eh?, lo siento, ya no puedo firmar nada más, debo hacer unas cosas – Insistía Maya a las fans para poder alejarse pero todos sus intentos eran fallidos.
–¡Sólo firma el mío y ya! –
–¡No!, ¡yo también quiero un autógrafo!
–Basta… por favor… tengo que irme – decía Maya con un volumen muy bajo para no ofender a las chicas.
–¡AAAH! –
–¡No puede ser! –
–¡Es Aiji! – Gritaron algunas fans que estaban al borde exterior del grupo que envolvía a Maya.
–¡AAAAAAH! –
–Con permiso por favor, abran paso – Decía Aiji mientras empujaba suavemente a las fans para poder llegar hasta donde estaba Maya. –Vámonos – Después de esas palabras Aiji tomó a Maya por la muñeca y lo sacó de aquella multitud para después alejarse rápidamente por otra línea de metro. Ésta línea de metro era totalmente desconocida para Maya pero, el hecho de que Aiji le estuviera tomando por la muñeca hizo que Maya perdiera toda noción de la dirección en la que iban, nuevamente Maya se perdió en sus pensamientos mientras seguía el paso de Aiji.

–¿Qué eres tonto o qué? – Gritó Aiji a Maya una vez que subieron a uno de los metros de aquella estación, el volumen de las palabras de Aiji hicieron que la atención de las personas que se encontraban en el mismo vagón se centrara en ellos. –¿Por qué saliste sin lentes y sin ponerte el gorro de tu chamarra?, ¿Acaso no te das cuenta que no podemos salir como si nada? – La voz de Aiji estaba totalmente alterada sin embargo bajó un poco el volumen para tratar de perder la atención de las demás personas.

Maya sólo guardaba silencio y mantenía la cabeza baja pues nunca llegó a imaginar que encontraría a Aiji en aquella estación del metro y, mucho menos, que lo sacara de aquel apuro en el que se encontraba.

–¡Agh!, siempre haces las cosas mal… –Dijo Aiji con un tono un poco más tranquilo mientras se llevaba la mano derecha a su rostro y frotaba suavemente sus ojos. –Ven, sentémonos en aquellos dos lugares – Dijo para después señalar unos asientos vacíos.

Aiji cedió el paso a Maya para que pasara primero y se sentaron.

–Yo… ¿Qué hacías en aquella estación? – Preguntó Maya con gran curiosidad pues Aiji había salido antes que ellos y era de suponerse que él ya debía estar camino a su casa.
–No es algo que te importe – Respondió Aiji tajantemente para después cruzar sus brazos.

Maya decidió no insistir en aquella pregunta pues no quería causar más problemas de los que ya tenían.

–Aww… ¿qué debería hacer?, no quiero que estemos en silencio… tengo la oportunidad de estar a solas con él nuevamente, no quiero desperdiciarla – Se decía Maya en su mente mientras mil ideas daban vueltas en su cabeza sobre posibles temas de conversación. –Por cierto… no quiero molestar pero… ¿a dónde vamos?, nunca había subido a esta línea del metro – Preguntó Maya mientras observaba a través de la ventanilla tratando de ubicar dónde se encontraban o a dónde se dirigían.
–Ah… ésta ruta también lleva a tu casa, obviamente es mucha vuelta y tarda más a comparación de la que tomas diariamente pero por ahora es la única opción que te queda para poder regresar. De ahora en adelante debes buscar un nuevo medio de transporte, no es seguro que salgas al público tan abiertamente, sobre todo usando el metro que es el transporte que la mayoría de las personas usan. – Respondió Aiji con un tono muy serio mientras buscaba una solución en la que no tuviera que intervenir él pero al mismo tiempo fuera algo sencillo para que Maya pudiera hacerlo sólo.
–¿Entonces cómo es que haces tú para regresar? – Preguntó Maya curiosamente interrumpiendo los pensamientos de Aiji.
–Ah, yo me compraré un automóvil dentro de unos días, sólo me falta firmar unos papeles y ya… tal vez pasado mañana vaya porque, mañana será muy difícil… –
–¡Wow!... supongo que costará mucho dinero – Exclamó Maya con un tono un poco decepcionado. –Me pregunto si yo también debería comprarme uno, hum… – Se preguntó Maya en su mente mientras cruzaba sus brazos.

Así nuevamente se hizo un incómodo silencio entre ambos.

–Tonto, nunca va a cambiar y peor aún, no puedo dejar de preocuparme por Maya… siempre es lo mismo, aunque trato de olvidarlo y dejar de ayudarlo, no puedo… –Pensaba Aiji en aquel silencio.

La grabación en el metro comenzó a anunciar la siguiente parada y así Aiji comenzó a darle indicaciones a Maya.

–La siguiente estación es donde debes bajar –
–Ok, muchas gracias por todo y… perdón – Exclamó Maya con un cierto toque de ternura mientras hacía una leve reverencia.
–No importa, sólo ten cuidado de regreso a casa… –
–¡Sí, lo tendré! –

El metro se detuvo y las puertas de éste se abrieron, Maya se apresuró a salir del vagón pues el tiempo que se mantenían abiertas no era mucho, una vez afuera Maya se dirigió hacia las escaleras y pudo escuchar como el metro se alejaba y, junto con este su oportunidad para volver a hablar con Aiji.

–Después de todo no pudimos hablar mucho… parece ser que no podré arreglar nada por ahora pero… ¡No importa!, debo ser paciente y poder acercarme a él una vez más – Decía Maya en su mente con gran energía mientras caminaba con su mirada perdida en el suelo.
–¿Sabes qué camino tomar desde aquí? ¿Verdad?–

El cuerpo de Maya se paralizó al escuchar aquella voz la cual venía de detrás de él.

–¿Eh?, ¿Aiji? – Preguntó Maya totalmente sorprendido.
–¿Eh?, ¿Porqué te sorprendes tanto? –
–No… es que yo pensaba que… – Dudaba Maya al decir aquellas palabras pues no quería mencionar lo que en verdad pensaba.
–Bueno… no te preocupes pero… ¿sí sabes por dónde ir? –
–¡Sí!, es por… – Maya volteó a ver a su alrededor pero pudo percatarse de que no conocía el lugar donde había bajado por lo que se quedó en silencio unos segundos. –Este… ¿dónde estamos Aiji?, ¿Para dónde queda mi casa? – Preguntó Maya totalmente desubicado.
–¡HAY MAYA!, no puede ser posible – Exclamó Aiji con un tono desquiciado – Supongo que no me queda más que llevarte –
–¡Aw! ¡Gracias! – Agradeció Maya con mucha energía para después seguir los pasos de Aiji.
–No puedo creer que no conozcas tu ciudad –
–¡No es mi culpa!, es que nunca he tenido la necesidad de venir por estos lugares – Respondió Maya berrinchudamente.
–No puedes estar solo ni cinco minutos porque terminas haciendo puras tonterías –
–¡No es cierto! –
–Claro que sí y lo sabes – Exclamó Aiji totalmente seguro de sus palabras.

Maya vio a Aiji con aquella mirada infantil y berrinchuda que siempre utilizaba para convencer a Aiji de sus ideas; esta mirada trajo muy buenos recuerdos a la mente de Aiji por lo que éste no pudo evitar el esbozar una sonrisa en su rostro. Aquella actitud berrinchuda de Maya y la energía que ponía en hacer las cosas aliviaba el alma de Aiji y siempre lo hacía sentir más vivo y feliz.

–Gracias… –
–¿Eh?, ¿gracias por qué?, ¿de qué hablas? –Preguntó Maya totalmente desconcertado.
–Nada, olvídalo – Corrigió Aiji al caer en cuenta de que su actitud se estaba suavizando demasiado. –En todo caso, mientras no consigas un método más discreto para transportarte deberás aprenderte esta ruta, así podrás ir a tu casa tranquilamente mientras uses tus lentes y la gorra de tu chamarra… así que ve poniendo atención.
–Sí pero… ¿cuál línea de metro tomamos? Es que no vi cuál fue… – Preguntó Maya mientras trataba de recordar el nombre.
–Fue en dirección a Otsuka –
–Ok –

Después de esas palabras un silencio incómodo se hizo entre ellos una vez más. Maya por su parte disfrutaba de la caminata junto a Aiji y, de vez en cuando volteaba hacia el cielo para buscar alguna estrella, sin embargo Tokio es una ciudad en la cual es muy difícil apreciarlas pero el hacer esto le trajo a la mente el recuerdo del cielo estrellado que había visto con Miyavi, Maya deseaba que Aiji también lo viera pero la posibilidad de hacerlo parecía ser muy lejana. La caminata fue muy larga pero ver el cielo y divagar por sus pensamientos hicieron que Maya no se diera cuenta de la larga distancia que habían caminado.

–Esta parte del camino ya la conoces ¿verdad? – Preguntó Aiji sacando a Maya de sus recuerdos.
–¿Eh? – Maya comenzó a mirar alrededor para tratar de recordar el lugar – ¡Oh, sí… ya sé dónde estamos. –
–Bueno… entonces supongo que ya puedes irte tú solo, yo debo regresar a mi casa… no sé si te diste cuenta pero ya es muy tarde.

Maya sacó su celular y apretó un botón para prender la pantalla y poder ver la hora.

–¡Oh!, es cierto… perdón por hacer que me acompañaras –
–No importa, después de todo fui yo el que decidió acompañarte… ve con cuidado – Aiji dio unos pasos para acercarse a Maya y levantó su mano derecha poniéndola cerca de su cabeza pero, entes de que su mano se recargara en ésta, Aiji la detuvo y la bajó nuevamente. Maya se quedó mirando fijamente a Aiji pero éste dio media vuelta y se fue en dirección a la estación del metro.

Maya se quedó paralizado viendo como Aiji se alejaba, pues su mente estaba muy confundida por la acción de Aiji.

–¡Aaaah! – Suspiró Maya. –Eso estuvo muy cerca… ¡Tonto!, no te hubieras detenido –

Así Maya comenzó a caminar por aquellas calles hasta llegar a su casa y poder dormir tranquilamente.