SMS (Capítulo 9)

-Servicio de Mensajeria Secreta-

¿Cuando un simple mensaje de texto llega a ser una tortura?
"Tú decides cuando termina el juego..."

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Ya habian pasado una semana entera desde aquella gala. Muchos volvieron felices. Los chicos de SuG eran felicitados a cada rato por la fiesta. Pero muchas cosas variaron de rumbo también.

Desde aquella noche, Kai no volvio a ver a sus compañeros de la compañia, ni mucho menos a sus amigos de la banda. Esto preocupaba sin dudas mucho a los gazettos. No solo por los compromisos laborales, sino también por el bienestar de Yutaka.

No... no quiero. No... no quiero. No... no quiero.
No... no quiero. No... no quiero. No... no quiero.

- ¿No creen que sería tiempo de ir a verlo a su departamento?
- Si... no nos quiere contestar el telefono.
- ¿Entonces que esperamos?
Los cuatro salieron de la compañia sin mediar palabra con alguien que se les cruzara para impedir que se marchen.
Subieron al automóvil de Reita y fueron directamente al departamento de Kai. Hacia mucho frio y pequeños copos de nieve empezaban a caer del cielo.
Por fin habian llegado al edificio. Tomaron el ascensor Reita y Ruki.
- Nosotros subiremos por las escaleras.

Cuando los gazettos llegaron al piso y se encontraban frente a la puerta, empezaron a tocar y a llamar.
- ¡¡Kai!!
- ¡¡Abrenos, somos nosotros!!
Pasaban los minutos y lo único que procedia de adentro era una melodía, exactamente, la canción "Gloire dans le Silence", de Moi dix Mois a todo volumen.

"Me corto a mi mismo en el silencio y todavia duele
En el mundo de dolor, nada cambia nunca
Sangrando con miedo, el mundo de orgullo esta muriendo
El triste caballero negro atraviesa su corazón"

- Esto no me suena bien.
- A mi tampoco, debieron haber dejado de lado tanto riffs.
- ¡No me refiero a eso, baka!
- Ya me estoy hartando. Haganse a un lado. -Reita hizo de tirar la puerta, pero al minimo toque esta se abrio.

Los cuatro entraron cuidadosamente al departamento. Todo revuelto, desparramado, desordenado, sucio... sucio con sangre.
- ¿Que mierda es todo esto?

La netbook estaba encendida, con un documento abierto que decia repetidas veces:
No... no quiero. No... no quiero. No... no quiero.
No... no quiero. No... no quiero. No... no quiero.

Uruha tomo el telefono de linea y marco a la casa de la madre de Kai.
- Hola Señora Yutaka, soy Shima el compañero de banda de su hijo. Mucho gusto en hablar con usted.
- ¡Oh! No hacia falta que dieras tantas explicaciones, ¿Acaso tú no eres el que suele mostrar las piernas?
- Etto... -se sonrojo, pensaba que todo el mundo diria eso, menos la 'Señora madre' de Kai- Si, soy ese. Disculpe que la moleste señora, pero, ¿Podria decirme si Uke esta con usted?
- ¿Como? El me habia dejado dicho que se iria con ustedes cuatro a Okinawa por dos semanas de vacaciones, que no me preocupara por él. ¿Acaso no es un amor?
Casi se le cae el tubo de las manos a Uruha.
- Si, si. Claro señora. Todos juntos lo estamos pasando muy bien en Okinawa -hacia gestos para los demás- No lo encontraba y pense que se habia marchado. ¿Que tonto soy, no?
- No joven... eres muy agradable y me alegra que te preocupes por mi hijo.
- Muchas gracias señora, y disculpeme otra vez por haberla interrumpido.
- No es nada muchacho, ¡Sigue disfrutando de tus vacaciones!

- Carajo... Kai llamo a su madre y dijo que se habia marchado con nosotros de vacaciones a Okinawa por dos semanas. ¿Como puede habernos echo esto?
- No lo comprendo... y todo esto me esta asustando.
- ¿Estará en realidad en Okinawa?
- No lo creo.

La misma canción seguia sonando, pues estaba en "Repeat".
- ¡Voy a callar esta cosa que no me deja pensar!
- ¡No Aoi! Todo esto... el desorden, esa canción, lo escrito en su netbook, nos pueden dar una pista, por más minima que sea.
- Tienes razón.

Los tres se sentaron en el sofa del living. Pero Reita seguia de pie merodeando.
- "Me corto a mi mismo en el silencio y todavía duele"... Putos mensajes de texto. Se tragaba su dolor para el solo... no queria que lo ayudaramos. Sigamos. -Se sujeto el mentón- "En el mundo de dolor, nada cambia nunca" Piensa que jamás podría salir de su situación. "Sangrando con miedo, el mundo de orgullo esta muriendo" Todo parecia acabar sumido en la depresión. La última frase, no la comprendo.
- ¿Cuál?
- "El triste caballero negro atraviesa su corazón".
- La muerte.
- ¿Que dijiste Aoi?
- La muerte, el caballero negro es la muerte. Ya se dónde puede estar. Acompañenme, esto puede ser grave, muy grave.

Todos volvieron a bajar rápidamente y viajaron nuevamente el auto de Reita hasta dónde Aoi indico.

-/-

Alguien golpeo la puerta del estudio de LM.C trayendo cartas y regalos de los fans.
- ¡¡Wiiii!! Ya quiero verlos.
Empezo a tantear los paquetes junto con los demás integrantes.
- No es justo, -tiro un sobre al suelo Death-O- Siempre le llegan cosas para ustedes dos.
- Algún día, seguramente, llegara algo para ti.
- Si, claro. -Rodó los ojos y volvio a su bateria.

Aiji levanto del suelo el sobre que dejo caer el baterista.
"Para Aiji y Maya" - Sin remitente.

- Ey! Ven aquí. -Murmuró por lo bajo llamando a Maya.
- Mmm... Que pacha?
- Primero quitate el chupachups. -Se lo jalo de la boca.
Se cruzó de brazos.
- Ay no seas un niñato.
- ¡No soy un niña..!
- Shhh! Baja la voz. Mira -le muestra el sobre- llegó esto, y me parece bastante extraño. ¿Lo abrimos?
- ¿Y que esperas?
- Si, tienes razón, pero aquí no.

- Hiko, nos llego un regalo, ¿Podríamos verlo en privado?
- No entiendo porque tanto misterio, pero si asi lo desean, en el cuarto de al lado pueden ver su regalo. -Les dio una sonrisa picara.
- ¡No es lo que piensas!
- Si tú lo dices...

Los dos se fueron a dónde les indicó Hiko que estaria libre. Impacientados, abrieron el sobre. Solo habia un DVD dentro de él, nada más. Ni una nota, nada. Más expectación les causaba. Pusieron el compacto en el reproductor, y lo vieron por el televisor al que estaba conectado.

- ¡¿Pero que carajo es esto?!
- No lo puedo creer...

Era un vídeo de ambos teniendo sexo en aquella gala en la que la pasaron espantosamente.
- Hay que romper ese compacto ya mismo.
- Si, damelo que lo quiebro.

En ese momento, suena el móvil de Maya.
- Es un mensaje de texto, ¿No?
- Si -lo tomo tembloroso entre sus manos.

-"¿Te llegó mi regalo? Ahhh Maya, no tienes idea de las veces que lo vi y todavía no me canso. Mmm... fue genial. Por la estupidez que cometiste llevando a tu amiguito, el plan me salio mucho mejor de lo que esperaba. Una cosa más, no te gastes en hacer desaparecer el DVD, porque ese compacto es solamente una copia de las muchas que tengo, y sin olvidar el original. Te quiero baby!" -Anonimo.

- Que hijo de perra...
- ¿Que te dijo ahora ese imbecil?
- Leelo tú mismo. Ni ganas me dan de hacerlo de nuevo.
Aiji lo hizo con detenimiento.
- ¿Si lo denunciamos a la policia?
- Es la primera vez que te oigo decir algo estupido Aiji... ¿Quién nos va a creer? Van a pensar que fue un video porno amateur, y eso no es un delito penado por la ley.
- ¿Que haremos? -Dijieron casi al unísono.

-/-

- Debe estar por aquí, estoy seguro.
- Esto parece un laberinto Aoi. Un laberinto tetrico...

Los cuatros gazettos estaban en un cementerio recorriendo entre los nichos que se ponian blanquecinos por la nieve.
- Me estoy congelando. ¡Abrazame Reita!
- Ahora no Ruki... esto es más importante.
- ¿Yo no soy importante para ti?
- Obvio mi amor, pero comprende que...
- ¡Ni me hables! Se nota que para ti es más importante Kai que yo. -Salió corriendo y metio en el auto.

Los guitarristas miraron al bajista para ver como reaccionaria.
- ¿Y que quieren que haga? Es un caprichoso... ya se le va a pasar.
- Tienes razón -Aoi le dio una palmada en el hombro- pero busquemos pronto a Kai.
- Si, porque a mi me estan quedando las bolas como dos bochas de helado.
- ¿Tú también vas a empezar? -le da un golpecito en la nuca- No seas bobo. ¡Vamos!

Se divieron para localizar al lider más rápido. Todos gritaban su nombre con desesperación.
En un punto, los tres se volvieron a encontrar.
- ¿Lo vieron?
- No...
- Creo que le erraste Aoi esta vez.

No... no quiero. No... no quiero. No... no quiero.
No... no quiero. No... no quiero. No... no quiero.
No... no quiero. No... no quiero. No... no quiero.
No... no quiero. No... no quiero. No... no quiero.

- ¿Oyen eso?
- Si... parece la voz de Kai.
Voltearon hacia varias partes, hasta que lo vieron.

Con muy poca ropa, con la boca lastimada y los brazos sangrantes por las cortadas, estaba arrodillado en una del cementerio pequeña que era como un parque, frente a una estatúa de un ángel.
Se acercaron muy lentamente, mientras Kai seguia diciendo lo mismo vez tras vez.
Estaba cavando un pozo frente al ángel y enterrando su telefono móvil. Su piel habia perdido todo color, a no ser el de la sangre.

Aoi se hinco cerca de él y le pregunto:
- ¿Que es lo que no quieres? -le ofrecio una sonrisa.
- No... no quiero. No... no quiero. No... no quiero. No... no quiero. No... no quiero. No... no quiero. -Ahora arrojaba tierra sobre el pequeño pozo.
- Kai, ¿Me oyes?
- No... no quiero. No... no quiero. No... no quiero. No... no quiero. No... no quiero. No... no quiero. -Estaba temblando bruscamente ya del frio que poseo su cuerpo.

Aoi volteo la mirada a sus amigos y nego con la cabeza acompañado con una mueca de resignación. Se levanto y se acerco a ellos.
- No esta razonando. Yo les dije chicos que esto es grave.
- Ay! ¿Que vamos a hacer? -Uruha movia los ojos de un lado a otro con desesperación- Kai-chu no puede estar mal.
- Pero lo esta... me da tanta pena.
- Reita, ¿Sabes lo que estoy pensando, no?
- Si -largo un suspiro- Por duro que sea, tendremos que hacerlo.
- ¿De que hablan?
- Escuchame Shima. Kai esta muy grave.
- Lo estoy viendo, solamente hay que curarle las heridas y que tome algo caliente.
- No Shima, no estas entendiendo. Kai esta mal, -señala su cabeza- de aquí.
- ¡No! ¡No puede ser!
- Pero lo es... y lo tenemos que ayudar todos juntos. La fuerza hace la unión.

Durante esa charla, Reita intentaba sacar de allí a Kai.
- No... no quiero. No... no quiero. No... no quiero. No... no quiero. No... no quiero. No... no quiero.

- Aoi, es lo único que dice. Voy a buscar el auto. ¿Ustedes podrán cargarlo hasta allí? -indico con el dedo dónde aproximadamente arrimaria el automóvil.
- Si, por supuesto.

Los guitarristas se encargaron de levantarlo. Si bien era pequeño, dejaba su cuerpo en peso muerto, por lo que le dificultaba la tarea a ambos. Pero pudieron lograrlo. Fueron hasta dónde Reita les indico.
- ¡Que enano idiota!
- ¿Que paso? -tenian a Kai cargandolo uno de cada brazo.
- Ruki se fue... y con mi auto. Voy a tener que buscar un taxi.

Debido a que nevaba, los taxis iban todos ocupados, o simplemente no pasaba ninguno por alli.
- Mierda!
- Ahi viene uno... yo lo paro.
- Pero si esta ocupado.
- Dije que lo pararia.

Reita salto sobre el capot del automovil. Como iba despacio, no se lastimo.
- Pare el auto, por favor -dijo cuando se acerco a la ventanilla del conductor- Mi amigo esta muy grave y necesitamos llevarlo a un hospital.
- Imposible. -Dijo cuando lo vio, ya con las heridas supurando infección. Y arranco nuevamente.
- ¡¡Hijo de perra!! -le grito mientras le lanzo una piedra al taxi.

- ¿Por que no llamamos directamente a la ambulancia?
- Cierto. - Reita marco rápidamente el número de emergencias.

::Usted se comunico con el Servicio de Emergencias Estatal, aguarde y será atendido::
- Maldición, hasta los que se suponen que deben estar alerta, me dejan esperando.
- Señor, usted se comunico con...
- ¡¡Si ya se con que me comunique mujer!! Necesito una ambulancia urgente. Estamos en el cementerio xxxxx y mi amigo esta desvariando, además tiene varios cortes, creo que se intento matar, y esta entrando en hipotermia del frio.
- No diga más, en minutos estará la ambulancia allí.
- Muchas gracias.

Y asi fue. La ambulancia llego y cargaron a Kai rápidamente.
- Solamente puede acompañarlo en la ambulancia una persona más.
Los tres se miraron.
- Ire yo. -Dijo Reita, ya subiendose.
- Pero... ¿Y tu auto?
- Después hablaré con el enano.
- Ok, nosotros iremos al hospital. Esperanos y mantenenos al tanto.
- Por supuesto, ¡Adiós!

Y con esa charla se cerraron las puertas de la ambulancia, que llevarian a Kai para que se mejore... ¿O no?